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lunes, 1 de octubre de 2012

Visita a los Centros Penitenciarios

Comencemos hablando de lo estructural, desde el punto de vista penal, la palabra delito alude a todo comportamiento opuesto al ordenamiento jurídico, propio de la nación donde se efectúa. Es este sentido podemos asegurar que la gran mayoría de nosotros en algún momento de nuestras vidas hemos cometido algún tipo de delito, hacemos referencia a esto solo para sensibilizar un poco nuestra actitud respecto al tema y entender con la mayor profundidad posible los múltiples aspectos de la problemática más grave que padece nuestra sociedad.

Los penados y penadas que hoy tenemos en el país con la excepción de algunos casos, son producto del deterioro consecutivo de los valores humanos de la sociedad, es decir del deterioro de la familia y de la educación básicamente. Todos los esfuerzos y políticas que se han ejecutado al respecto para tratar de revertir el daño se han hecho insignificantes por razones creemos muy evidentes y no son más que, por un lado, el ataque sistemático e inclemente de los medios de comunicación capitalistas para implantar valores falsos que contribuyan a mantener sus medios de producción activos esclavizando para este propósito tanto a los trabajadores como a los consumidores, los que a fin de cuentas terminan entrampados en un círculo vicioso que no diferencia, a unos de los otros (mas trabajamos mas consumimos, mas consumimos mas trabajamos) asegurando así su hegemonía económica y por ende la subsistencia de su modelo capitalista, y por otro lado, las políticas implementadas no han sido acompañadas por dos factores estrictamente necesarios; el factor humanista y el factor ideológico, solo a través de la implementación real de estos dos elementos juntos, es posible la recuperación de nuestros valores humanos y culturales verdaderos, tales como el amor, la verdad, el respeto, la solidaridad, la paz, la rectitud, la moral , la tolerancia, etcétera.

Sabiendo esto, ¿cuantas preguntas nos podemos hacer respecto a los penados y penadas, ò del sistema penitenciario en general? creo que muchas. Últimamente los medios de comunicación privados nos han ilustrado bastante acerca de la estructura de supervivencia de nuestros penados y penadas, llamadas por ellos “Jerga penitenciaria” nos han explicado con detalle casi asombroso cómo funcionan las jerarquías, nos han hablado; de pranes, luceros, la causa, el carro y todas las formas de comunicación usadas por los penados, los custodios, los guardias nacionales, los familiares y ahora por todos nosotros. Pero a ninguno de estos medios se les ocurre explicarnos las causas, mucho menos proponer posibles soluciones al problema, simplemente no les interesa la solución porque tendrían menos información amarillista para nutrir sus titulares y aumentar sus ganancias económicas. Pero a nosotros como hijos de esta patria y que padecemos directa o indirectamente esta problemática, sí nos interesa la solución, y para buscar soluciones debemos conocer las causas. Para comenzar a dilucidar el tema Preguntémonos, ¿Cuáles son las causas de la violencia penitenciaria? Probablemente muchos piensan que son violentos porque nacieron así, pero es muy difícil ver a un bebe violento, lo más probable es que en el transcurso de su crecimiento o su adultez haya estado expuesto a uno o varios de estos contextos; exclusión social o sentimiento de exclusión, ausencia de límites, exposición a la violencia a través de los medios de comunicación o en el hogar, integración en bandas identificadas con la violencia, facilidad para disponer de armas, justificación de la violencia en la sociedad, o muchos otros contextos relacionados científicamente a estas causas, aunado a esto, dentro de los centros penitenciarios existen condiciones que permiten elevar la violencia en forma exponencial con relación a la calle; el ocio acompañado del hacinamiento y este acompañado a su vez de los extremados retardos procesales, las drogas acompañadas de las armas y estas a su vez del negocio de pasarlas, el hambre acompañada de la suciedad y esta a su vez acompañada de la falta de agua para el aseo mínimo personal, las carencias en medicamentos y asistencia médica acompañados a su vez de maltratos recibidos por funcionarios que también son maltratados por un sistema laboral inhumano que los aleja de sus hijos y familiares y los estimula a descargar sus frustraciones en contra de los penados y penadas y que permite además dejar el ciclo abierto para la descomposición de la familia y la sociedad. Conociendo estas realidades, ahora podemos juzgar con conciencia ¿son de verdad muy violentos? ò ¿son el eslabón más frágil de la cadena en la que casi todos los implicados obtienen beneficios económicos a costa de ellos? La respuesta es suya.

¿Como empezamos a solucionar el problema?; Desde nuestras casas, con nuestros hijos, recuperando los verdaderos valores humanos y desapareciendo los falsos, los del consumismo. Desde las comunidades, repudiando la violencia, la exclusión y los vicios para crear las condiciones adecuadas de convivencia colectiva. Desde los medios de comunicación, mediante campañas y programas que en vez de incitar a la violencia, el individualismo y los antivalores promuevan el deporte y la sana recreación. Desde el sistema educativo, evitando a toda costa y con las herramientas que sean necesarias la deserción escolar. Desde los medios de producción, haciendo del trabajo exclavizante un trabajo liberador. Desde las instituciones, realizando funciones dignas y moralmente gratificantes en donde el negocio jamás este por encima del detrimento del ser humano.

“Si no hubiera sido inventada la sociedad, el hombre hubiera seguido siendo una bestía salvaje, o, lo que viene a ser lo mismo, un santo.”

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