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domingo, 23 de diciembre de 2012

Resultados del 16-D Fueron Para la Oposicion Peores que los de Presidenciales

Allup planteó sin tapujos: “dicho sin excusas, los resultados de las elecciones del 16-D fueron para la oposición peores que los de las presidenciales”.

Dicho sin excusas, los resultados de las elecciones de1 16D fueron para la oposición peores que los de las presidenciales. El objetivo mínimo de conservar las 7 gobernaciones que dirigían candidatos opositores al régimen de Chávez, culminó en reveses importantísimos en Zulia, Carabobo, Táchira, Nueva Esparta y Monagas. Apenas se logró el triunfo holgado en Lara y Amazonas y por poco margen en Miranda. El chavismo avanzó al obtener 20 de 23 gobernaciones, mayoría en 22 de 23 consejos legislativos regionales y en 298 municipios de 335. Candidatos chavistas 'importados" en al menos siete estados. Triunfaron sobre excelentes candidatos opositores de la propia región. Porsi fuese poco, once de los gobernadores chavistas ungidos por el voto popular son ex militares, lo cual obviamente acentuará la característica marcadamente militarista del presente régimen, ahora con fuerte anclaje regional. Circunstancia sin precedentes esta de Venezuela, en la que militares obtienen por el voto popular lo que no lograron con las armas. Todo eso aconteció sin que el portaaviones Chávez estuviese presente en la campaña, hecho en el cual algunos analistas habían cifrado un posible triunfo o avance de la oposición. Nos equivocamos. 

Se ha afirmado que perdimos varias gobernaciones por la abstención, pero se obvia que del lado del chavismo también la hubo significativamente. Evaluadas la participación y la abstención de lado y lado, el balance puro y simple fue que ellos obtuvieron más votos que nosotros. Para determinar por qué, urge situar el debate en su contexto real y dejar de lado temas que ya no son convincentes y parecen más bien excusas, tales como el ventajismo oficial, la regaladora de artefactos domésticos, la prodigalidad de las misiones y algo peor como la descalificación de los electores que votan por el gobierno exaltando al mismo tiempo a quienes lo hacen por nosotros. Si el gobierno siempre triunfa por estas mañas, tendríamos que llegar a la fatal conclusión que jamás ganaremos, ya que el gobierno nunca va a cambiar de actitud. 

Otro tema que los opositores utilizamos hasta el hastío (siempre me pareció una tontería), fue el del origen legítimo de nuestros candidatos electos en primarias, que por eso mismo habrían de ganar los del chavismo impuestos por Chávez a dedo. Resulta que de los 23 gobernadores que triunfaron el 16D, ninguno fue seleccionado por primarias, porque como ha de recordarse, Falcón, Capriles y Guarulla fueron escogidos por consenso. También nuestro candidato presidencial del 7-0 fue electo en primarias y perdió. No es el método de selección lo que determina la victoria. 

Por otra parte, en todos los procesos electorales, el gobierno, cuando ha ganado y cuando ha perdido, siempre ha tenido una misma conducta, pero la oposición no. Revisemos nuestras actuaciones cuando ganamos los tres procesos electorales (referéndum constitucional del 2007, las elecciones de gobernadores de 2008 y las elecciones parlamentarias del 2010) y nuestro desempeño cuando perdimos los demás procesos. Hubo grandes diferencias entre unos y otros. 

Percibo que a estas alturas muchos siguen haciendo depender nuestras expectativas de victoria, de acontecimientos futuros e inciertos y eventos tales como la enfermedad presidencial, su desenlace en el plazo inmediato, la implosión del chavismo como consecuencia de las pugnas por la sucesión y el posible adelanto de las elecciones presidenciales, circunstancias que aunque no dependen de nuestra voluntad, nos imponen sin embargo la necesidad de actuar. Si bien es cierto que no hay gobiernos de ultratumba ni testamentos políticos que sobrevivan al testador (no es ningún secreto que el pipote de la historia está repleto de testamentos políticos), en el chavismo con o sin Chávez se impondrá el instinto de conservación y los consiguientes acomodos que le permitan seguir gobernando más allá de su líder. Antes de que se sequen las lágrimas, se consuman los sahumerios y concluya el novenario, se pondrán de acuerdo, porque tienen demasiado que perder. Para el chavismo, cualquiera de ellos es mejor que cualquiera de nosotros. Y quedó comprobado en las elecciones de gobernadores que el chavismo sin Chávez es una realidad con vuelo propio y que no es verdad que cualquier opositor por bueno que sea pueda ganarle las elecciones a cualquier candidato chavista por malo que sea. Acabamos de ver cómo excelentes candidatos perdieron las elecciones de gobernadores, y por eso mismo debemos tener muy presente todas estas reflexiones, no sea que por nuestras ligerezas, cegueras y engolosinamientos cualquier morrocoya pueda ganarnos las próximas elecciones.

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