Para que la clase obrera asuma un papel efectivamente revolucionario se precisa conciencia, organización y unidad
Con la Clase Obrera y el pueblo trabajador para la toma del Poder!. Esta fue la consigna del histórico 14º Congreso del Partido Comunista de Venezuela (PCV), realizado del 4 al 7 de agosto, hace exactamente dos años.
A lo largo de varios meses se discutió el proyecto deLínea Política, en las distintas instancias del Partido, desde las Conferencias de Células a las Conferencias Regionales, antes de alcanzar la etapa final del proceso congresual.
El análisis y la discusión se produjo con el mayor sentido crítico y autocrítico, con disciplina, entusiasmo militante y absoluta democracia interna.
El resultado, en su momento, fue un PCV fortalecido y renovado por esta práctica sistemática y coherente de construcción colectiva de la política y la orientación general de nuestro Partido y de los colectivos realmente revolucionarios.
Como bien lo resumió el Secretario General del PCV, Oscar Figuera, ese fue un Congreso combativo, disciplinado, participativo e internacionalista.
La Línea Política aprobada, tras considerar la actualidad política, los desarrollos recientes de la vida nacional y la correlación de fuerzas existente, describe el proceso de cambios en curso en Venezuela como “una nueva fase de la larga lucha antiimperialista” de nuestro país, caracterizado por la existencia de un gobierno progresista, patriótico, antimonopólico y antiimperialista al que debemos seguir apoyando, pero teniendo en cuenta que es controlado por clases y fracciones de clase que no están objetivamente interesadas en la profundización del proceso con rumbo al Socialismo.
Por ello, la Línea Política llama al Partido a fortalecer el trabajo político hacia los sectores más genuinamente interesados en la perspectiva estratégica del Socialismo, y a construir una nueva correlación de fuerzas que garantice el liderazgo de la clase obrera, como única forma de garantizar el desarrollo sostenido del proceso con base en la doctrina del socialismo científico.
Por la trascendencia y vigencia que tiene esta Línea Política para la lucha política, ideológica y de masas que está en desarrollo, tomando en cuenta la caracterización de la actual fase del proceso revolucionario venezolano y las tareas inmediatas a ser impulsadas, Tribuna Popular reproduce fragmentos de este importante documento:
LÍNEA POLÍTICA
I.- CONTEXTO INTERNACIONAL
Las históricas transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales que vive el mundo, están determinadas por dos grandes contradicciones: la fundamental entre trabajo y capital, que signa con mayor fuerza la época de transición del sistema capitalista al socialista; y la principal, entre las naciones y el imperialismo, que plantea la lucha por la liberación nacional y el desarrollo independiente de los pueblos.
(…) La actual crisis del sistema, por profunda que sea, no significa el derrumbe por sí solo del capitalismo. Pero sí es una coyuntura que presenta condiciones favorables para un ascenso en las luchas de la clase obrera y los pueblos del mundo hacia la derrota y superación de este sistema explotador. (…)
II.- CARACTERIZACIÓN DEL ACTUAL PROCESO POLÍTICO VENEZOLANO
(…)
a.- Revolución de liberación nacional
(…) Una revolución de liberación nacional implica un proceso de ruptura de la dominación de los grandes poderes imperialistas (…); esta ruptura conlleva, entre otras conquistas, el rescate y fortalecimiento de la soberanía nacional, el establecimiento de un Estado nacional eficiente de carácter democrático-popular revolucionario, el desarrollo económico independiente, la industrialización con progresivo desarrollo científico-tecnológico autónomo y productividad creciente, el logro de la soberanía agroalimentaria, y el establecimiento de las bases para el desarrollo pleno de la identidad nacional.
(…) En materia económica, constatamos que sigue vigente, y en algunos sentidos hasta se está fortaleciendo, el modelo de capitalismo dependiente, rentista e improductivo (…).
El Estado venezolano sigue siendo altamente ineficiente, con graves niveles de desorden e improvisación, sin procedimientos claros y estables, sin planificación eficaz. (…).
b.- Perspectiva socialista
(…) en febrero de 2008 (…), ya advertíamos del desarrollo de tendencias contrarias a la perspectiva socialista en el propio seno del gobierno y de las fuerzas que lo apoyan, y señalábamos que: “a) en lo económico, el socialismo es transformación profunda del sistema económico para implantar la propiedad social de los medios fundamentales de producción, y el gobierno bolivariano ha logrado pocos avances en este sentido, y en general, sin el protagonismo de la clase obrera organizada; b) en lo político, el socialismo implica la aparición y desarrollo progresivo de formas colectivas de poder y dirección, y el gobierno bolivariano no ha logrado avances sustanciales hacia la abolición de las formas de gobierno presidencialistas tradicionales.”
(…) Se han producido estatizaciones de empresas por la vía de la adquisición o la expropiación con indemnización, y se han rescatado tierras que estaban en condición de latifundios; nuestro Partido apoya esas iniciativas como avances frente a la propiedad privada monopólica sobre los medios de producción, pero advierte que estas decisiones no alteran de manera significativa el orden económico dominante. Además, (…) esas estatizaciones han continuado haciéndose generalmente por un método burocrático y administrativo, sin el protagonismo de las y los trabajadores organizados (…).
c.- Conclusión
(…) Es desde esta perspectiva que asumimos la siguiente caracterización del proceso actual, que recoge nuestras más recientes conclusiones:
Desde 1999, nuestro pueblo protagoniza una nueva fase de su larga lucha revolucionaria antiimperialista en el contexto de la transición histórica mundial del capitalismo al socialismo. Esta fase está caracterizada por la existencia de: a) un gobierno democrático, progresista, de orientación patriótica, antioligárquica y antimonopólica, inscrito en un proceso de liberación nacional que se desarrolla pese a grandes dificultades, que promueve una distribución más equitativa de la riqueza, y que avanza en la ruptura de la dominación imperialista que todavía atenaza a nuestro país; b) condiciones propicias para abrir cauces a la perspectiva socialista en dependencia de que construyamos una nueva correlación de fuerzas favorable a la clase obrera y al pueblo trabajador en general.
III.- LOS INSTRUMENTOS POLÍTICOS DEL PROCESO. LA CORRELACIÓN DE FUERZAS
a.- El Frente Amplio Nacional Patriótico
(…) Concretamente, (…) reasumimos la definición vigente de ese FANP (…) como un “…frente social y político (…) integrado por la clase obrera y demás trabajadores, los campesinos sin tierra y los pequeños propietarios del campo, los pueblos indígenas, las capas medias urbanas y rurales, los grupos sociales más excluidos y depauperados, la pequeña burguesía, la burguesía no monopólica y no asociada a los intereses imperialistas, así como los diversos movimientos, organizaciones y partidos que sean expresión de estos sectores y clases.” (…)
b.- La burguesía y sus diversas fracciones en el FANP
En la Venezuela actual ciertamente identificamos a una burguesía nacional no monopólica y no asociada ni dependiente del capital imperialista, cuyos intereses objetivos son compatibles con el incipiente proceso de liberación nacional que se lleva a cabo en el país (…); que puede ser motivada a contribuir con el establecimiento de industrias productivas y eficientes en nuestra nación (…).
Por otra parte, existen fracciones burguesas y pequeño-burguesas improductivas, que se aprovechan de la renta administrada por el Estado venezolano, cuyos intereses fundamentales están asociados a actividades tales como el comercio importador, los servicios financieros, los negocios con instituciones públicas y los servicios no esenciales. (…) Estas fracciones burguesas son incongruentes con cualquier proyecto de desarrollo nacional y por tanto, no podrán formar parte ni estar representadas en el FANP. (…)
c.- La clase obrera, las y los trabajadores y el campesinado
Partimos de la constatación de que hay avances en la subjetividad colectiva especialmente en cuanto a la conciencia antiimperialista y a la demanda de democracia participativa; esto crea condiciones que permiten avanzar hacia objetivos estratégicos mayores. Pese a ello, por el momento la correlación de fuerzas en el panorama nacional general continúa siendo desfavorable para las fuerzas histórica y objetivamente más comprometidas con la perspectiva del socialismo científico. Los principales factores que inciden en este cuadro de clases continúan siendo el escaso desarrollo ideo-político y la debilidad organizativa de la clase trabajadora, lo que contribuye a mantener su dispersión y desunión. (…)
d.- La expresión orgánica de la alianza antiimperialista: el FANP
(…) no basta con identificar correctamente a las clases, fracciones de clase y organizaciones que objetivamente están llamadas a conformar el FANP (…). Se requiere además que esa coincidencia alcance a tener expresión material organizada.
(…) este nuevo espacio debe ser una instancia política unitaria y con dirección colectiva; dotada de una propuesta programática con claridad en cuanto a sus objetivos de corto, mediano y largo plazo; permanente y no coyuntural; con visión estratégica y no restringida al ámbito electoral; que estimule y promueva la discusión política e ideológica de fondo; y, sobre todo, que se caracterice por una dinámica interna que respete la diversidad y favorezca la participación equitativa y democrática de todas las corrientes, organizaciones, tendencias y factores políticos y sociales componentes de la alianza antiimperialista.
e.- El Bloque Popular Revolucionario
(…) las fuerzas dentro de esa alianza que estamos más consecuentemente comprometidas con la perspectiva del socialismo tenemos la tarea simultánea de ir construyendo el “Bloque Popular Revolucionario” (BPR), necesariamente circunscrito a quienes nos proponemos la completa abolición de la clase explotadora (…).
Pero este proceso de conformación del BPR debe hacerse sin promover rupturas en el Frente Amplio, sino como parte dialéctica de éste. Esto requiere habilidad política, claridad conceptual y constancia por parte de las y los revolucionarios, pues se trata de atender dos líneas de acción que deben avanzar simultáneamente en dos planos organizativos diferentes (…) uno más táctico y otro más estratégico. (…)
f.- El Estado
Luego de identificar el carácter y contenido clasista del actual Estado venezolano, queda claro que este no es, de ninguna manera, (…) un Estado Democrático-Popular Revolucionario, que emergerá como resultado de una revolución protagonizada por una amplia alianza de factores políticos, económicos y sociales, con la clase obrera como vanguardia y fuerza principal. (…) Es esto lo que le dará al Estado Democrático-Popular Revolucionario la direccionalidad estratégica y el contenido de clase que le es propio (…).
Algo parecido podemos decir del intento de construir, en los años más recientes, el llamado “Poder Popular” sobre la base exclusivamente de los Consejos Comunales y las Comunas. Reconocemos y apoyamos esta iniciativa como un avance en la organización popular, pero debemos criticar la conceptualización dominante de lo que debe ser el Poder Popular, pues en la actualidad se lo reduce a una instancia circunscrita al nivel inferior del organigrama de la república, se lo convierte en la práctica en una nueva instancia del Estado con posibilidades muy restringidas (…) y, al subordinarlo a éste, se lo priva de su potencial genuinamente revolucionario (…).
g.- Las fuerzas de la reacción
(…) Una cosa son las organizaciones, partidos y fuerzas (abiertamente políticas o de la llamada “sociedad civil”) afiliadas a los intereses de la burguesía monopólica tradicional venezolana, el imperialismo y sus agentes locales; y otra cosa son las expresiones orgánicas de los sectores pequeño-burgueses, las capas medias profesionales y los pequeños y medianos propietarios del campo y la ciudad. (…)
Tras el arrollador triunfo en las elecciones presidenciales de 2006, comenzó un lento pero incesante proceso de debilitamiento relativo del apoyo popular al gobierno. (…) es necesario reorientar revolucionariamente el proceso para corregir los graves vicios y desviaciones que han surgido en todos los niveles de gobierno, y que han deteriorado su credibilidad y debilitado el entusiasmo del apoyo popular: el despilfarro, el burocratismo, el nepotismo, la corrupción, la carencia de eficaz control y contraloría social, la falta de planificación centralizada de la economía, y el asistencialismo como método para ganarse la voluntad inmediata de las masas de manera clientelar, sin crear en ellas la conciencia de clase que las comprometa en las tareas de la revolución. (…)
IV.- HACIA UN CAMBIO EN LA CORRELACIÓN DE FUERZAS
El objetivo general y fundamental de todo el trabajo político y de masas, ideológico y organizativo del Partido Comunista de Venezuela, en el presente momento histórico, tiene que ver con la necesidad de producir una consistente y acelerada acumulación de fuerzas del movimiento obrero y popular que (…) forjen una nueva correlación de fuerzas favorable a la clase obrera y al pueblo trabajador, es decir, a los factores políticos y sociales consecuentemente antiimperialistas y realmente interesados en la profundización del actual proceso de cambios, para el desmontaje del aparato estatal burgués, la construcción del nuevo Estado Democrático Popular Revolucionario, el progresivo desmantelamiento del sistema capitalista y la edificación del socialismo en la perspectiva de la formación económico-social comunista.
De todas las anteriores consideraciones, se desprende un conjunto de tareas a desarrollar por nuestro Partido en el corto y mediano plazo. Estas tareas se agrupan en tres ejes principales: el fortalecimiento y desarrollo del propio PCV; el fortalecimiento de la clase obrera tanto en lo organizativo como en lo ideo-político; y la construcción de los instrumentos y alianzas amplias, tanto para la lucha antiimperialista (FANP) como para el avance hacia la perspectiva socialista (BPR).
(…) La concreción del objetivo general y fundamental del trabajo del Partido entre las masas, pasa necesariamente por resolver tres aspectos indispensables para que la clase obrera y el pueblo trabajador asuman un papel efectivamente revolucionario: conciencia, organización y unidad.
Conciencia de clase, para asumir la lucha de clases como determinante de los cambios revolucionarios y a la clase obrera como sujeto histórico de la revolución socialista (…).
Organización y unidad del movimiento obrero y popular, con independencia de clase, para la lucha social y política revolucionaria por la construcción de un nuevo Estado Democrático-Popular Revolucionario, basado en el Poder Popular, y el establecimiento de relaciones socialistas de producción. (…) de allí la importancia de derrotar la pretensión de colocar a las organizaciones de masas bajo el control de la burocracia estatal y de las tendencias que hegemonizan el proceso.
Todos estos planteamientos nos llevan a la necesidad de fortalecer ideológica y políticamente al Partido Comunista de Venezuela y de desarrollarlo orgánicamente entre la clase obrera y el pueblo trabajador; no conformarnos con lograr el reconocimiento de las y los trabajadores de la ciudad y el campo por las posiciones que asumimos en la defensa de sus intereses, sino hacer realmente del PCV la vanguardia política organizada de la clase obrera y del pueblo trabajador en general.
¡Con la clase obrera y el pueblo trabajador para la toma del Poder!
¡Por una nueva correlación de fuerzas para profundizar la liberación nacional en la perspectiva socialista!
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